Esta pasión por meter todo en cajas con nombres, nos lleva a organizar el tiempo. Dividir cada momento en partes nos permite hablar de minutos, horas, días, años y muchos otros segmentos arbitrarios.
Pero el tiempo pasa sin importarle nuestros rótulos.
Bajo otras circunstancias, hoy debería ser un día especial.
Por que nos gusta festejar y una excusa es contar las vueltas que da la tierra desde que un acontecimiento ocurre en el tiempo.
La tierra dio 365 vueltas y eso nos parece importante en la vida.
¿Pero cuantas vueltas dio mi vida?
Considerando que debería haber tenido un desplazamiento más gradual y previsible, confieso haber quedado mareado.
¿Como se mide el tiempo?
Muchos poetas han sugerido métodos más acordes a cada uno de nosotros. El tiempo se puede medir en cantidad de lágrimas y un río parece una medida razonable.
El tiempo puede dividirse en la periodicidad de momentos tristes, pero generalmente resulta un tiempo irregular.
Mejor debería tener en cuenta la cantidad de sonrisas, pero nuevamente tendría un tiempo variable, por que hoy podría decir que el tiempo se ha acelerado y hace meses se había detenido.
Podría contar la gente nueva que no imaginaba incluir en mi vida, valorar la intensidad de cada encuentro y calcular cuantos espacios obtuve sin pensar en lo que esperaba de aquel día, hace unas 365 vueltas atrás.
Inevitablemente vuelvo a las etiquetas.
Cambio las medidas, varío la regularidad, altero el orden, pero no me desprendo del hecho de contar ese día como importante.
Creo que ahí está el quid de la cuestión…
¿Hay días más importantes que otros?
Quizás debería empezar por definir eso.
Hoy es un día muy importante. ¿Pero por qué?
No por que hace un año haya pasado algo importante también, sino por que hoy me siento pleno. Por que hoy puedo darme el lujo de abrir mi ventana, ver el sol resaltando el verde que invade mi barrio. Puedo ver a mi gatito asomarse por primera vez al balcón con el miedo de acercarse a lo desconocido y a algo que implica el peligro de caer. Pero lo hace! Con reticencias, con mucho cuidado, se estira agazapado y vuelve sobre sus pasos a refugiarse en el lugar que conoce… Eso me hace feliz.
Este día es muy importante.
Por que se que me voy a ver con algunos de mis mejores amigos. Y que juntos vamos a disfrutar de una de las cosas más hermosas que tiene esta vida: la música. Hoy puedo sentir el cansancio en mi cuerpo, pero ese agotamiento es el producto de otra alegría: el haber compartido el reencuentro con amigos menos visitados, pero en un espacio-tiempo donde las charlas parecen haber quedado en pausa y cuando nos vemos, todo continúa y las risas empiezan a estallar.
Risas por los chistes, risas por las escenas del pasado, risas por nuestros errores, por el vino, por el hecho de reírnos sin saber por que.
Y en este día tan especial quiero desearles lo mejor a las personas que tanto quiero. Quiero que también sea un día muy especial para mis hermanos que con un te quiero me han dado tanta paz y seguridad. Para mis padres que me sostienen, aunque yo no me anime a dejarme caer en sus brazos. Para aquellos amigos entrañables e incondicionales que siempre están, mas allá del tiempo por el cual yo este atravesado. Para aquellos que me conocen apenas, pero siempre tienen una palabra para alentarme a seguir. Y por supuesto, quiero que sea un día especial para esa persona que tanto amé y que hace solo un año terrestre, me dijo que me amaría para siempre.
Un “para siempre” mortal. Una especie de cadena que nos tiramos encima, por este mal hábito de querer hacer las cosas permanentes para siempre.
Hoy es un día muy importante. Un día como todos los demás
Pero se que mañana será más importante aún.
Me queda mucho por investigar.
Muchos balcones para asomarme.
Muchas calles soleadas y verdes para recorrer.
Mucha música por escuchar.
Muchos besos para dar.
Muchos “Te quiero” y algún “Te amo”
Y como se que no voy a estar siempre y que el para siempre no existe, voy a empezar hoy, mientras festejo la alegría de estar en este espacio y en este tiempo. Hoy empiezo a hacer solo lo que mi cuerpo y mis ganas me permitan hacer, por que empiezo a creer que no es tarde para nada, y que no se me hace tarde sino llego a hacer todo.
Hoy voy hacia el interior de mi ser. Allí se que hay un montón de cosas maravillosas para darle a este mundo que tanto me da.
“No es el tiempo lo que se os da, sino el instante. Con un instante dado, a nosotros nos corresponde hacer el tiempo”.
Georges Poulet (1902-?) Escritor belga
No pasa el tiempo, pasamos nosotros. El futuro nos tortura, el pasado nos encadena, y he aquí porque se nos escapa el presente.
Muy lindo escrito. Que bueno que hayas podido dar vuelta la página del libro, que tan valioso el aprender a cerrar puertas y a abrir ventanas a la vez.
Un saludo.